viernes, 18 de noviembre de 2016

El destete


Dejar de dar el pecho puede ser duro por muchas razones al igual que tomar esa decisión puede ir también motivada por muchos motivos. Lo más común es que una madre lo retire por su reincorporación al trabajo. Pero también puede ser que necesite descansar por la noche o que el propio bebé pierda el interés por mamar. Sea como sea, es un momento agridulce para la madre ya que se abandonan momentos de vínculo muy especial y si sabes que no va a llegar otro bebé a tu vida y que eso no lo vas a volver a vivir… te despides de una etapa profundamente especial.

Mi caso es el siguiente: Mi peque siempre ha necesitado el pecho y, si por él fuera, viviría eternamente enganchado a él. La transición hacia los alimentos fue buena hasta que llegaron las itis (bronquitis, gastroenteritis, otitis, etc) Entonces perdió apetito y necesito aún más refugiarse en el pecho. Y por las noches, uff, las noches, la media de despertares estaba en cuatro cada madrugada. El agotamiento era tremendo. 11 meses sin descansar cuatro horas seguidas iba a acabar con nosotros. Y tuvimos que tomar una determinación. Hará un mes que hemos reducido las tomas a una por noche y hemos sustituido el pecho por el biberón. Tuve que separarme durante una semana para que se calmara y aceptara el biberón y casi podemos decir que nos ha cambiado la vida. Creo que hasta el peque lo agradece pues duerme al fin seguido. Y yo en la misma habitación, jeje En nuestro caso, ojo, no doy lecciones, sólo hablo por mi propia experiencia, ha sido crucial retirar el pecho completamente por la noche. Acepta el biberón, toma todo lo que le pide el cuerpo en ese momento, y sigue durmiendo sin excitarse al olerme.

Resuelta la noche, el problema continuó de día. Y es que a mediodía llegaba de la guardería nervioso y protestón hasta el punto de rechazar jornada tras jornada su plato de comida. Llegó a aborrecer la verdura y cerró la boca esperando impaciente al pecho. Cedí muchos días pensando en que estaba enfermo y que necesitaba comer algo y estar tranquilo. Hasta que me di cuenta de que acercándose al año, habíamos hecho una regresión a los seis meses de edad. Se alimentaba de biberón con cereales, pecho y fruta para merendar. Lo consulté con su pediatra y, obviamente, me comentó que no era normal y que había que reacostumbrarlo a comer. Así que me decidí a no ceder y ser fuerte. Se acabó durmiendo muchos días sin comer, agotado de llorar. Pero finalmente lo hemos logrado también y hace unos días que vuelve a comer. Así pues, hemos conseguido normalizar las comidas, las noches y el pecho ha pasado a ser un complemento puntual. No lo he retirado completamente porque no me supone ninguna molestia, no interfiere en su alimentación normal y a él le encanta.

Emocionalmente, pensar en el destete, es un poco triste. Es bonito que necesite refugiarse en tu pecho y que entre tus brazos se calme, se duerma o simplemente esté completamente feliz. No creo que vaya a ser de las madres que alargan la lactancia hasta los 3 y 4 años. Para mí, el pecho va unido a la palabra bebé. Y cuando el bebé deja de serlo para convertirse en un niño, muchas cosas quedan atrás. (Aunque me parece fantástico que otras madres lo entiendan diferente). Es por ello que es algo melancólico abandonar esta etapa. Cuando hice el destete con el mayor, a los siete meses, no sentí nada, él no notó nada, simplemente, fue de un día para otro, así de fácil. Sabía que llegaría otro peque a mi vida y que reviviría todo aquello. Ahora es distinto, ya nada volverá.


Así que puedo decir que he vivido dos destetes, uno impresionantemente sencillo y otro difícil. Es importante entender las necesidades del bebé y las de la madre para readaptarse a la nueva situación sin que resulte traumático para ninguno de los dos. Poco a poco y con un poco de la receta mágica (paciencia), todo se normaliza.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Parejita o repetir sexo?


Mis hijos tienen 4 años y 11 meses así que todavía es temprano para poder hablar de las ventajas o desventajas de tener dos hijos de un mismo sexo. Puedo decir que, al menos en lo que a ropa se refiere, es una evidente ventaja. Más adelante, intuyo que compartirán juegos y eso será más que positivo y práctico. Así que ahora mismo, la reflexión, en mi caso, es más emocional que otra cosa. Me hubiera gustado tener la pareja? Pues claro que sí. Sabemos cómo hacemos los niños mi marido y yo, siempre tendré la curiosidad por saber cómo sería una niña nuestra. Es la parejita la elección más popular, la preferida por excelencia? En teoría, eso creía, en la práctica, parece que no.

Hoy leía una encuesta que sacaba como conclusión que para ser feliz había que tener dos hijas. Lo relacionaban con lo comunicativas que son las niñas. Os podéis imaginar las respuestas "Pues yo tengo dos niños y somos inmensamente felices" "Pues mis niños son de lo más cariñosos.." La verdad, estos estudios, si se les puede llamar así, son una auténtica chorrada. Cada niño es de su padre y su madre y, por lo tanto, es un mundo. Si generalizar conductas de crecimiento o desarrollo que habitualmente están aceptados ya choca con muchísimas excepciones, no te digo si hablamos de personalidades. Acaso los padres de niños no pueden ser tan o más felices que los de niñas? Acaso no hablarán y compartirán de todo con sus hijos? Y si tienes uno de cada? Es como predecir el número ideal de hijos. Los que tienen dos dirán que es un número muy llevable. Los de tres dirán que es lo más bonito que hay. Los de cuatro, que su casa es una fiesta contínua... En fin, que cada uno aprende a vivir y ser feliz con lo que tiene y si, además, es buscado, no hace falta decir que eso es lo que les da sentido a la vida.

Cuando estaba embarazada de mi segundo hijo, todos me preguntaban qué llevaba. Al decir que un niño y que era el segundo, o bien me dedicaban una sonrisa complaciente diciendo que es muy práctico porque jugarán juntos, o bien me hacían la broma de buscar el tercero para que llegue la niña. De hecho, al final me adelantaba yo y hacía esa misma broma. No os negaré que una nena me encantaría pero al final, la realidad es que no tenemos niños o niñas, tenemos hij@s, criaturas perfectas a nuestros ojos a los que queremos más que a nosotros mismos. Y la verdad es que da igual el sexo, lo importante es esa alma que los hace ser como son. Pero lo que parece gracioso es que haya que "consolar" a la pareja diciendo estas cosas. Porque vamos, de lo que no tengo duda es de que, de haber venido la niña, nos hubieran felicitado por tener la pareja.

Creéis que algún día estará legalizado el escoger el sexo del bebé (fuera de los casos en los que por motivos de salud sí esté indicado)? Pensáis que es poco ético? Como con tantas cosas, yo creo que hay excepciones. Si una pareja tiene que recurrir a la fecundación in vitro porque tiene problemas de fertilidad y a la mujer le tienen que transferir uno o varios embriones, en el caso de que ya tenga dos hijos de un mismo sexo, no veo por qué no se le puede transferir el embrión del sexo que prefiera. Otra cosa sería tener bebés a la carta sin necesidad de utilizar esta técnica.

Y como en todo, hay gente que se pasa de rosca y se deja llevar por la obsesión como esta pareja: http://blogs.20minutos.es/madrereciente/2011/01/12/una-pareja-aborta-dos-hijos-varones-sanos-en-su-obsesion-por-engendrar-una-nina/

Si rastreáis la red, veréis que las obsesiones y disgustos vienen siempre por buscar la niña. Es entonces cuando miro a mis chicos y pienso en por qué tienden a ser más deseadas ellas. Por lo divertido de vestirlas? Porque se suponen más cariñosas? En lo primero puedo estar de acuerdo, es indudable que la ropa de niña es más alegre. En lo segundo difiero. O por lo menos respecto a mi experiencia. Por lo visto, a mi me ha tocado la lotería ;-)