viernes, 12 de septiembre de 2014

¿Tenemos niños o robots?




Mi pequeño es un año más mayor. El 4 de agosto cumplió 2 años y alcanzó esa edad en la que, tal y como comenté en el post anterior, el entorno médico y pedagógico presionan para que dejen de ser bebés. Puedo entender que haya un momento a partir del cual tenemos que comenzar a cambiar hábitos pero de ahí a que de manera automática tengamos que forzar a nuestros hijos a madurar en cuanto cumplen los dichosos 24 meses por ahí no paso. Lo siento pero en casa no tengo un robot.

En seguida entenderéis el por qué de mi indignación y cuando os comente que ni los propios profesionales se ponen de acuerdo entre ellos, muchos me daréis la razón. Os comenté que este verano iniciaría la operación pañal puesto que eran deberes de obligado cumplimiento por parte de la cuidadora de mi hijo en la guardería. Por pura comodidad personal, nos mandó a todas las madres quitar el pañal. Y no hará falta que os diga que entre los 13 niños (nacidos entre junio y agosto), los había preparados, medio preparados y verdes. Mi hijo estaba entre los verdes pero claro, su maestra quería quitarse la faena de encima. Y yo decidí intentarlo. Quité el pañal durante una semana. Una semana en la que conseguí algún que otro pipi y alguna que otra caca aislada en el orinal pero la mayoría fuera de éste. El día de la fiesta de su cumpleaños, entre la emoción y la pereza de abandonar los juegos para ir al baño, tuve que limpiar de todo por todos sitios. Lo peor es que al llegar a casa, con la calma, el festival continuó. Algunas madres me aconsejaron que no me obcecara, que el crío no estaba preparado y que no había ninguna prisa. Decidí hacer marcha atrás, o sea, cometer ese pecado imperdonable aún arriesgándome a causar un trauma profundo en mi niño para toda la vida. Pues os puedo decir que ni lo confundí ni lo traumé. De hecho, ni se dio cuenta de lo que había estado intentando. Y es que era un niño inmaduro que todavía no reconocía su metabolismo.

Después de hablar recientemente con una pediatra y su maestra, el mensaje es demoledor: "A los 2 años fuera pañal. Y no esperéis que los niños os pidan el pipi. A los dos años también fuera el chupete" Pero ahora viene lo mejor porque también hablé de esto con otro pediatra y otra maestra de guardería diferentes y su mensaje fue: "A partir de los 2 años se puede quitar el pañal pero sólo cuando el niño pida pipi y caca. De lo contrario, puede que los niños cojan miedo a hacerse caca encima y acaben con grandes problemas de estreñimiento" ¿En qué quedamos? ¿Los ascendemos automáticamente a niños o podemos dejarles vivir una transición suave?

Odio las presiones y más cuando se trata de bebés. Y he visto en algunas madres agobiadas cómo el proceso, que llevaría un par semanas a cualquier niño preparado, se les está alargando casi dos meses. Esto frustra a las madres y estresa a los pequeños. Si la norma es que los niños han de comenzar el cole sin pañal y eso es a los tres años, ¿por qué presionarnos cuando apenas han soplado las dos velas del pastel?

En cuanto al chupete, puedo comprender que haya problemas en la mandíbula y que es bueno reducir la dependencia poco a poco hasta quitarlo. En mi caso, se lo dejo tener sólo para dormir y en Navidad le diremos adiós. Pero estoy convencida de que este proceso le va a costar a muchos niños que conozco. ¿Es necesario quitar pañal, chupete y biberón (esto nos lo ahorramos nosotros gracias a Dios) a la vez???

Lo peor es que expliques tus problemas a tu pediatra o maestra y te miren con cara de "Espabila porque te estás columpiando" Qué rápido olvidan algunas madres que sus hijos también fueron bebés un día y que los críos todavía no llegan con botón antilloro, antipipí y comelotodo. El caso es que he decidido hacer las cosas sin prisa respetando la evolución de mi hijo mientras intento acostumbrarle al orinal y a depender menos del chupete. Y ojala las cosas  se logren por naturalidad y no por presión. A fin y al cabo, hay que ayudarles a crecer.