viernes, 27 de septiembre de 2013

Madres equilibristas



La verdad es que los días se pasan volando cuando trabajas y exprimes las tardes para  repartirte entre tu hijo, recados, las cosas de casa, dejarte caer de vez en cuando en el gimnasio, atender al resto de la familia... Y así voy y me doy cuenta de que hace más de una semana que no escribo nada por aquí. En mi último post os avancé que hablaría de las diferentes maneras que tenemos de montárnoslo entre nuestra faceta de madre y mujer "libre". Podría decir que las hay que se lo montan bien y otras que lo hacen mal pero sería un análisis muy simplista. Así que matizaré los modelos de madre que he ido conociendo estos años y vosotras mismas os haréis vuestra propia idea.

A mi alrededor veo muchas madres y padres con ritmos de vida laboral diversos ya que unos viajan mucho, otros tienen horario partido, algunas trabajan desde casa y otras están en parón laboral. Esto conlleva diferentes niveles de estrés con sus hijos. Porque una sufre durante los días en que su marido está de viaje pues le toca ocuparse de todo al llegar a casa: bañar al niño, hacerle la cena, dársela, dormirlo, llevarlo a la guardería al día siguiente, etc. La que cuenta con la ayuda del marido, resulta que tiene a dos terremotos a los que ha de entretener desde las cinco de la tarde hasta la hora de la ducha. También está la que llega tarde y en vez de jugar con su hijo ha de organizar la compra, las comidas, la casa. Sin olvidar a las veteranas que empalman las actividades extraescolares y si no es básquet, es danza, si no teatro o inglés. Con estas no puedes contar ningún sábado por la mañana. Absolutamente todas necesitan un momento de desconexión. Si las ves con las raíces sin teñir, ropa cómoda todos los días y sin otro tema de conversación que no sean los niños, definitivamente han de cambiar el chip.

Ahora os resumiré cuatro tipos de mujeres a la hora de montarse la vida. Hay madres a las que les cuesta separarse de sus pequeños y lo quieren hacer todo con ellos. Estas salen de cena muy de vez en cuando y cuando lo hacen, o bien dejan al marido en casa o si salen en pareja, en poco rato vuelven para no alargar el canguro. Si son mujeres a las que les gusta socializar, salir en pandilla y conversar, en cuanto sus hijos son más maduros van recuperando su vida social. Pero dependiendo del nivel de estrés si tienen dos o más hijos, os aseguro que necesitan su rincón personal semanal. Conozco a alguna madre en esta situación y esa pequeña desconexión la recarga.

Por otro lado están las madres full time que aparentemente no se estresan, siempre están divinas, no pierden los nervios, hacen excursiones en familia por aquí y por allá y tú te preguntas dónde está el secreto. ¿Buena organización? ¿Un Santo de marido que colabora en todo? ¿Yoga? ¿O nos ocultan algo? Tal vez sea una mezcla de todo eso, o que la pareja hace alguna mini salida a solas o vete a saber, que cultivan un temple que muchas quisiéramos.

Están también las que se lo montan de fábula y cuando las escuchas dices aquello de "Olé tú!" Porque con dos criaturas pequeñas se van de cena un jueves, planean un teatro así, improvisado (no me acuerdo de lo que significa improvisar si no va unido a la palabra cena o comida abriendo la nevera), se van de fin de semana a Ibiza con las amigas y encima les sobra tiempo para salir a correr dos tardes a la semana. ¡Y sus maridos no se quieren divorciar de ellas! Estas madres entran directamente en mi catálogo de ídolos.

Y por último están las que intentan hacer encaje de bolillos para equilibrar una vida perfecta que incluya: tiempo para estar con los niños (paseos, parque, juegos, salidas, etc), tiempo para compartir con la familia (no descuidar a los abuelos, primos, tíos...), tiempo para la pareja (cenas a solas, un cine de vez en cuando y si se tercia mucho una escapada de fin de semana romántico) y tiempo con las amigas (echar unas risas con una salida de chicas, un café, ir de tiendas...). No se me ocurre otro comentario que no sea  IMPOSIBLE. Y si alguna de vosotras ha logrado el equilibrio perfecto sin que chirríe ninguna de las partes, que me lo cuente pero advierto que soy incrédula. Intentarlo puede provocar frustración.

Supongo que al fin y al cabo, cada una de nosotras hace lo que puede e intenta ser feliz disfrutando de lo que tiene. Y si no hay cine, pues se baja algo por Internet. Si no hay cena romántica de restaurante, se enciende una velita junto a la ensalada y le echamos imaginación. Y si no hay manera de vernos con las amigas, tiramos de whatsapp. La cosa está en saber identificar esos momentos de "No puedo más" y antes de explotar, buscar una vía de escape. Porque hay que aprender a desconectar ya que si no lo hacemos, no vamos a estar bien con nosotras mismas ni con los que están alrededor.

Así que ya sabéis, no intentéis ser perfectas. Sed felices!!

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