martes, 27 de agosto de 2013

Normalizar lo normal




Hoy me gustaría hablar de una polémica que va y viene según aparecen casos de discriminación y se aviva el debate. Me refiero al reciente episodio que vivió una madre que fue expulsada de una tienda Prymark por querer amamantar a su bebé en el espacio público. A consecuencia de este caso, y otros que casualmente se dieron anteriormente en la misma cadena comercial, se organizó una tetada frente a las tiendas en modo de protesta. Todo esto hizo mucho ruido gracias a las redes sociales. Y yo me pregunto, ¿cuanto tiempo más ignorarán las marcas nuestras quejas si saben que un cliente cabreado la puede liar y mucho con sólo abrir el ordenador? A lo que iba, me parece increíble que en el siglo en el que estamos todavía tenga que ser noticia una mujer dando el pecho en un lugar público. Y, aunque tengo una opinión muy particular al respecto, también me parece increíble que no existan salas de lactancia como existen lavabos de señoras y señores. Por no hablar de los cambiadores. ¿Cuántas veces hemos tenido que cambiar a nuestros bebés en una silla frente a la mesa dónde nos comemos el filete?

Os he dicho que tengo una opinión muy personal respecto al caso Prymark. Sólo he ido a una de las tiendas que la cadena tiene en Barcelona y, la verdad, es agobiante. Hay muchísima gente y apenas puedes caminar por los pasillos. Y si vas con el carrito del bebé, ya ármate de paciencia. No se me ocurre cómo se pudo poner la mujer de la noticia a dar el pecho con ese panorama porque tropiezas con ropa y colgadores tirados por todos sitios. A parte de que veo complicadísimo relajarse así, incluso en el probador. Yo, y esto es muy personal, hubiera salido a buscar la cafetería más cercana. Y no lo digo por esconderme, lo digo porque, dentro de la necesidad de dar el pecho a mi hijo de inmediato, intentaría buscar una mínima intimidad. O evitar que me vaya rozando la gente continuamente. Pero el caso es que la mujer no pudo elegir entre quedarse o marcharse porque directamente la echaron con la razón de que podía ofender a algún cliente. Es triste pero sí, sacar el pecho en público para dar de comer a nuestros hijos puede ofender. Es algo que llevan haciendo las mujeres desde que existen pero parece que no sea normal. No digo que no haya personas mayores muy recatadas y cerradas de mente pero ¿para qué están las nuevas generaciones si no para progresar?

Cuando yo aún no había tenido a mi hijo y me encontraba con mujeres dando el pecho, en el gimnasio por ejemplo, me preguntaba si yo me atrevería a hacer lo mismo con mi pudor. Lógicamente, una vez tienes a tu bebé en brazos, si quieres salir de casa, has de quitarte las vergüenzas de encima. Y no me llegué ni a plantear la duda, di el pecho a mi hijo en infinidad de sitios. Aunque nunca en una tienda o supermercado. ¿Por qué? Pues porque no me parecían lugares cómodos ni relajados y no me venía de 5 minutos para salir y buscar un espacio tranquilo dónde sentarme. No se trata de esconderse pero para mi, amamantar a mi bebé, tenía que ser un momento de paz, tranquilidad con la mejor intimidad que pudiera encontrar dentro de las circunstancias. No nos engañemos, el mejor sitio para esto es el sofá de nuestra casa. Pero como os digo, con bebés que demandan hasta cada dos horas, no es cuestión de recluirse durante meses. Así que, por suerte, para la gran mayoría de personas, es algo natural y normalísimo ver a madres dando el pecho en bancos, cafeterías y restaurantes.

El caso es que cada madre es un mundo y a lo mejor para algunas no es fácil sacarse el pecho en según que sitios por pudor al ir acompañadas de familiares, compañeros de trabajo, etc Entonces mi pregunta es ¿por qué no se han instaurado ya las salas de lactancia en la mayoría de locales? ¿Verdad que en su día se dividieron los restaurantes en zonas de fumadores y no fumadores? ¿Verdad que se hicieron los ajustes que hicieron falta con tal de no perder clientela ante la nueva normativa? Pues ¿por qué no se acondicionan pequeñas salas para este fin? Muchas pensaréis que obligar a las madres a meterse en esas salas es lo mismo que esconderlas. Yo os respondo que no, si dan la opción a elegir. No las obliguemos a encerrarse, démosles la opción de escoger entre quedarse en su sitio junto a los demás o apartarse a un lugar acondicionado especialmente para ese momento. Yo, ante esa posibilidad, muchas veces optaría por la sala, por mi comodidad y la de mi bebé.

Creo que hay que protestar por la discriminación y por no ver algo natural que una madre deba alimentar a un bebé para el cual no hay horas ni lugares. Pero también hay que protestar porque no se considere esta como una necesidad diaria, presente en todos los lugares, como la de los fumadores que sí encuentran sus rincones y ceniceros. Algún día normalizaremos lo normal, sólo es cuestión de tiempo.

2 comentarios:

  1. A mi me incomoda muuucho ver a una mujer dar el pecho a su hijo, llamame saborio si quieres pero me incomoda, no se a donde mirar jajaja.
    Por lo tanto como creo que es algo "íntimo " debería tener un lugar destinado para ello.
    Me ha encantado verte años después en Arucitys! Y felicidades!.

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  2. ¡Muchas gracias! Es íntimo, desde luego, ¡pero también natural como la vida misma!

    Un abrazo

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