viernes, 25 de enero de 2013

Duérmete niño...

Hola de nuevo!!

Esta semana me gustaría hablar de algo que estoy viviendo ahora mismo con mi hijo y que las que ya habéis pasado por esto recordaréis perfectamente: enseñar al bebé a dormir SOLO en su CUNA. Creo que esta lucha no se olvida fácilmente y da para muchos y muchos comentarios. No voy a hablar de métodos ni de estudios del sueño porque, de momento, no me quiero aferrar a ningún manual. Me gustaría conseguir un ritmo de sueño de manera natural, sin forzar nada, aunque cueste. Y doy por hecho que costará.. Vaya si lo creo!

"Te está tomando el pelo" Esta frase me la han dicho ya en varias ocasiones en los últimos meses cuando he comentado que mi bebé se duerme al pecho y en brazos. Antes no le daba la menor importancia porque era muy pequeño para saber manipular y, lógicamente, un bebé tan pequeño lo que necesita es el calor de una madre. Ahora bien, a punto de los seis meses y a las puertas de dejar la lactancia materna en exclusiva, creo que toca establecer otras rutinas de sueño. Una buena siesta vale su peso y su TIEMPO en oro. Y no lo digo sólo por la criatura si no por los padres de la criatura. Porque si bien los críos se despiertan por la mañana tranquilos, de buen humor y activos, a medida que pasan las horas y se acerca el mediodía, si no duermen se ponen pesados y llorones. Es entonces cuando una siestecita de hora o dos horas abre un paréntesis de paz y relax muy, muy necesario. Pues bien, a sus casi seis meses, mi hijo ha dormido la friolera de TRES siestas. Apuntado en "Asuntos pendientes"

Lo que toda madre sueña a la hora de acostar a su bebé por las noches en su cunita es darle un beso, poner alguna lucecita mona de las que se reflejan en el techo y acercarle su peluche favorito para que se abrace a él (el chupete es opcional). Pues bien, los hay que pasan de peluches, las lucecitas los distraen lo que nos lleva llegar a la cocina y se ponen a llorar con ese volumen que va increscendo tan característico. Porque seguro que habéis probado lo de "No me levanto. Que se le pasará", "Espera, que parece que se cansa y dormirá", "Un minuto más..." Hasta que te lo imaginas rojo como un tomate a lágrima viva, corres a la cuna y, efectivamente, se está quedando afónico. Entonces te ve, sonríe y te dices a ti misma "Pequeño manipulador" Pero lo abrazas porque es un bebé. Y ese es el kid de la cuestión, estamos hablando de bebés, no de niños.  Cómo van a entender que se han de dormir solos? Porque una cosa es acostumbrarlos pero otra distinta es que entiendan que lo normal es dormirse solos en una cama vacía. Lograr calmarlo sin sacarlo de la cuna. Apuntado en "Asuntos pendientes"

Las pediatras dan en estos momentos esos consejos que yo llamo "¿No me digas?" porque vienen a decirte: "Debería acostumbrarse a relajarse solo y comenzar a dormirse en su cama a partir de las 21h" Dado que no hay truco ni consejo práctico, decides lanzarte a la aventura. Lo primero es el horario. Acostarlo antes de las diez ya es un reto. Acostarlo despierto después de laúltima toma es ya un atrevimiento. Porque todas, me atrevería a decir que TODAS, hemos hecho lo de meterlo dormido con tanto cuidado para que no abra un ojo que en lugar de una criatura, parece que manipulamos una bomba de relojería. Pues bien, eso ya es "trampa"! Lo metes despierto y el niño te mira divertido "Si supieras que ahora apago la luz y me marcho no te reirías pequeñín" piensas para tus adentros... Sales de la habitación y es cuestión de minutos oírlo quejarse. Meterlo en la cuna y dormirse en silencio. Apuntado en "Asuntos pendientes"

Como en esto de la crianza quién no se consuela es porque no quiere, te aferras al cambio de alimentación con esas papillas y biberones que propiciarán unas digestiones largas y somnolientas. Esas noches en las que al fin todos dormiremos del tirón... O no..¿ Será entonces cuando habrá que echar un vistazo al bestseller del Dr Estivill? Me lo han dejado y, aunque todavía no me he propuesto poner nada en práctica, no he podido evitar echar un vistazo a algunos casos que expone. Y reconozco que me he acostado dando gracias y mil gracias por no estar dando vueltas a la manzana con el cochecito a las 3am. Seguro que muchos expertos criticarán a esos padres por utilizar ese método pero hay que ponerse en su piel. No creo que lo hagan por gusto ni que sea necesariamente la opción más fácil.

En fin, que como todo lo que hemos comentado en este Blog, aprender a dormir tampoco es coser y cantar. Unas madres lo conseguirán antes y otras después. Y no creo que sea porque unas lo hagan mejor que otras. Eso sí, el secreto apto para todas es la PACIENCIA. Os deseo muchas dosis y, como siempre, disfrutad del trayecto!! ;-)


martes, 15 de enero de 2013

Mamás a los treinta y tantos

Hola de nuevo mamis,

El título de este post indica una realidad aplastante en los tiempos que corren. Hoy en día nos estrenamos en la maternidad más bien tarde y ser madre antes de los 30 yo lo llamaría un lujazo. Y aunque me niego a dejar fuera de las llamadas "mamás jóvenes" a las que tenemos niños pasando la treintena, es cierto que ser madre veinteañera tiene muchas ventajas. Es obvio que la energía y la propia naturaleza de nuestro organismo cambia con el paso de los años.

Para comenzar a abordar este tema, quiero desde aquí hacer una llamada a la unión para desterrar de nuestro lenguaje la expresión "pasarse el arroz". Puede haber algo más despectivo, despreciativo y desconsiderado que decirle a una mujer que se apresure o se le va a pasar el arroz? Una frase que en la mayor parte de los casos es pronunciada por hombres (aunque hay de todo...) cuando precisamente hoy en día los problemas de fertilidad se asocian muchísimo a hombres. Además, hay que tener en cuenta que muchas mujeres, aunque lo deseen, no pueden quedarse embarazadas por múltiples razones. Así que sólo les falta escuchar la cantinela del dichoso arroz.

Corramos un tupido velo y guardemos el arroz en la cocina. Una vez tenemos el embarazo en pleno esplendor, toca lidiar con las molestias y las mil pruebas. Es cierto que las nauseas, ardores y ascos a la comida no tienen edad y una chica joven puede padecerlas igual o más que una más madura. Pero por otro lado, los riesgos se duplican con la edad y eso provoca más ansiedad y cuidados especiales. Aún y así, los embarazos llegan con o sin ayuda médica, se vigilan los riesgos y los bebés nacen. Y es entonces cuando toca demostrar que tenemos la energía suficiente para recuperarnos rápidamente de los puntos del parto, para noches y noches sin dormir y para cuidar de un pequeño que te reclama las 24h. Por no hablar de las madres que crían a dos!

Personalmente, creo que me cuido bastante y mantengo más o menos la línea. Pero el no pisar el gimnasio se nota, las ojeras no perdonan, los tacones han quedado relegados a "ocasiones"y las pilas no son Duracell. No sé si con 10 años menos lo llevaría igual o mejor. Sólo sé que me come la envidia cuando ojeo una revista en la que sale la celebrity de turno "cazada" por la calle con su bebé. Perfectamente peinada, super moderna con sus taconazos y una sonrisa de oreja a oreja. ¿son humanas? Sí, claro, con niñera y maquilladora profesional a domicilio. O tal vez esas maxi gafas de sol escondan más de lo que creemos.. ejem..

Lo de criar a dos creo que es la prueba de fuego. He oído decir a madres treinteañeras con un niño de 2 años y un bebé que muchas veces el panorama les supera y que las fuerzas flaquean. Aunque curiosamente lo que se pone a prueba realmente es la fuerza mental. Físicamente está claro que nuestro mejor amigo en esta situación es un buen quiromasajista. Pero lo que deja mella en nuestra expresión es el agotamiento mental. Y las madres de dos niños pequeños son las que mejor pueden hablar de ello. Además, me temo que aquello de "Bueno, ya los tienes criados a los dos" no las consuela en absoluto. Por lo menos hasta que sus hijos cumplan diez años.

Pero como todo, ser madre a esta edad tiene unas claras ventajas: sabemos lo que queremos y esos bebés han sido muy reflexionados, tenemos una estabilidad emocional (porque laboral ahora mismo suena a chiste) importante, entendemos perfectamente lo que un bebé conlleva y... con suerte podemos heredar un montón de cosas de nuestros hermanos, primos, amigos que fueron padres antes que nosotras!! Con esto no quiero decir que las mamás jóvenes estén menos preparadas, en absoluto. Sólo apunto que los años traen consigo madurez.

En fin, puede ser estresante escuchar la llamada de la maternidad con un gran "TIC, TAC" en la cabeza. Y puede resultar más pesado físicamente aguantar el ritmo de un bebé. Pero pese a todo, lo logramos y somos igualmente las heroinas de nuestros pequeños. A ellos no les importa que hagamos cara de cansadas o no llevemos el pelo perfecto. Así que ánimo porque cualquier madre es una campeona :-)

lunes, 7 de enero de 2013

Lactancia materna: ¿una necesidad? ¿un reto? ¿una opción más?

Hola mamis!

Quiero estrenar el año hablando del tema más recurrido entre las madres: la lactancia. Una de las preguntas que siempre te acaban haciendo estando embarazada es si piensas darle el pecho. Y según la persona que tienes delante, no sabes si tu respuesta desembocará en un debate sobre pros y contras  de la lactancia materna/artificial o si te van a "acojonar" con lo que te espera dependiendo de tu elección. Llevo cinco meses con lactancia materna exclusiva pero no me considero, para nada, una hooligan de la teta. Es más, me molestan las posturas extremas en un lado y en otro y, a día de hoy, no comprendo por qué se habla de egoísmo cuando una madre escoge alimentar a su madre con biberón. No me cabe en la cabeza que una madre que ha llevado a un bebé en su vientre 9 meses, lo ha parido con todo lo que un parto conlleva y está sacrificando tantas cosas para criarlo se la pueda considerar egoísta. Hay tantísimas razones por las que una madre puede escoger alimentar a su bebé con leche artificial y hay tantas mujeres que lo intentan y se ven forzadas a dejar el pecho que jamás me atrevería a juzgar a nadie. Yo misma estuve tentada de dejar el pecho por el dolor que sufrí durante casi dos meses. Mientras leía sobre el tema, encontraba casos de mujeres que casi se fustigaban por no haber podido seguir amamantando a sus bebés. Sentían que habían lanzado la toalla, que eran malas madres, que habían fracasado... Una exageración digna de ser valorada por un psicólogo. Con esta introducción quería exponer mi punto de vista y valorar por igual a todas las madres. Incluso a las que hayan optado por el biberón para descansar más o conservar un pecho firme. ¿Quién sabe cómo pueden llegar a afectar esos aspectos en estas mujeres?


Pero volviendo al caso de una madre novata, o sea, el mío, querría recordar la odisea con la lactancia. Escuché durante el embarazo a madres hablando de lo que les dolió, de los artilugios que tuvieron que utilizar (sacaleches, pezoneras, discos), las cremas para curar las heridas y remedios caseros. Pero nunca pensé que yo iba a sufrir como la que más. Es más, en el hospital, los primeros días no noté ninguna molestia. Y así chuleaba yo: "Pues no, no me duele nada. Y el niño se coge bien" ¡Toma! Me las prometía muuuuy feliz. Pero la cosa, evidentemente cambió... para mal. Ya en casa comenzó la tortura: pellizcos, rojeces, sangre. ¿Y qué era lo peor? Pues comentar el caso con pediatras y matronas y que te contestaran: "Pues eso es que no se coge bien porque no debería doler" No te fastidia. Pensaba: "Me conozco todas las posturas habidas y por haber, el crío se engancha como una lapa y sí, ¡me duele! No debería pero es lo que hay y ese comentario no me ayuda en nada" ¿Cómo puedes contestar a alguien que tiene un problema, que no debería tenerlo? Y así me volvía para casa y me ponía a buscar dibujitos de posturas para dar el pecho por Internet. Pensad en la postura más extraña en la que podáis acercar la boca del bebé al pecho. Pues existe y la tenéis ilustrada. Quizás la postura de cuatro patas sirva para que no duela el pezón pero me imagino que el dolor de espalda y cuello no te lo quita nadie.

Y con mis molestias llegó la hora de ir a los famosos grupos de lactancia. Entre los de la seguridad social que se celebraban en pleno Parc de la Ciutadella y los de la mútua en una salita, opté por la opción más discreta. Me parecía curioso como, nada más llegar y con el crío tranquilo, las matronas te animaban a enchufarlo al pecho antes de resolver dudas. Me recordaba a mis clases de conducir. Supongo que era algo parecido, llevaba la L de madre en prácticas. Y pasó lo que me imaginaba, que naaaada de lo que me ocurría era especial ni una casualidad ya que le pasaba a la gran mayoría de las allí presentes. ¿Por qué si no iban a reunirse en un grupo especial si para ellas era coser y cantar? Bebés que sólo se calmaban al pecho, que daban estirones, que sacaban leche, que no se cogían bien, bla, bla, bla... Si es que, en el fondo, los niños serán de su padre y su madre pero son niños al fin y al cabo. También me fueron útiles estas reuniones para desmentir mitos como el de que si a tu niño le cuesta dormir tal vez tengas que quitar el chocolate de tu dieta.

No sé si fue a fuerza de practicar con matrona o si era cuestión de tiempo pero casi a los dos meses dejó de doler y mi bebé y yo nos reconciliamos.Y así hasta el día de hoy en el que tengo ganas de dormir seguido, de poder escaparme unas horas sin mirar el reloj, cenar fuera con una botellita de vino y poder recurrir de nuevo al Ibuprofeno cuando me duele la cabeza. Y así cerraremos una nueva etapa para comenzar la de las papillas, biberones compartidos con papá y... oh, no, los pañales realmente apestosos. Si es que no hay nada perfecto, ¿verdad? ;-)