jueves, 29 de noviembre de 2012

Necesita, le falta, ¡hay que comprar!

¡Hola de nuevo a todas!

Como os avancé en mi anterior post, esta semana vamos a comentar el aluvión de objetos que acompaña la llegada de un bebé. Porque un bebé no llega con un pan bajo el brazo, no, llega con un gastazo del millón!! Y si por lo menos todo fuera extrictamente necesario, pues vale. Pero noooo!!

La enfermedad consumista pre-bebé provoca los primeros síntomas hacia mitad del embarazo, superada ya esa etapa de lógica prudencia. Ahí ya estamos investigando, preguntando y consultando por todos sitios qué es lo que necesitamos para nuestro primer hijo. Hablo de los primeros porque es cuando las novata-mamis no sabemos por dónde tirar y va a Misa todo lo que nos recomiendan. Así pues, vas preguntando, anotando... y cuando te quieres dar cuenta, en tu lista figura:

Moisés
Cuna de viaje
Parque de juegos
Alfombra de juegos
Cochecito con cuco, sillita y maxi cosi
Cuna normal
Cambiador
Bolsa de cochecito porque en la que viene no cabe nada
Paraguas para el sol
Hamaca
Trona
Mochila portabebés
Cojín de lactancia
Protector de lluvia
Intercomunicadores
Papelera para pañales
Babycook
Bañera con patas
Saco para el cochecito
Sacamocos
Esterilizador
Calienta-biberones
Biberones anticólicos
Sacaleches
Termo para bibis

Y voy a parar porque si continuo con la leche artificial, los escurre biberones, conjunto de vasos y tuppers de plástico especial para que no suelte nada radioactivo en la comida, fundas protectoras para TODO, jabones especiales y cremas puedo seguir hasta el domingo. Porque en la farmacia de la esquina hacen la ola cada vez que me ven entrar. Pero a lo que iba. Hace 20 años no se compraban la mitad de las cosas y, aunque no lo recuerdo bien, juraría que no tuve ningún trauma durante mi primer año de vida. No voy a reflexionar sobre el poder de la publicidad y el consumismo porque esto puede influir en cualquier ámbito de nuestro consumo. Me refiero a esa fiebre-angustia que nos coge un mes antes de salir de cuentas al repasar que esté todo listo y que nos lleva a tener cosas hasta por duplicado. Porque yo tengo la bañera normal y la de patas y pañuelos y protectores de todos los colores "por si acaso hacemos corto".

Pasados los primeros meses creo que nos volvemos más prácticas. Te sirve cualquier papelera para los pañales y comienzas a creer que sí se puede vivir sin babycook. Y por supuesto agradeces de mil amores a aquellas amigas que te dejaran en su día el Moisés o la mochila. Por no hablar de la ropa. Que aunque haga mucha ilusión comprarle ropita nueva, ensucian, mucho, demasiado!! Y junto al siempre práctico regalo de pañales, añadiría el de un detergente tamaño maxi para lavar la ropa de bebé. ¡¡¿Por favor, cuando podré juntar la ropa del crío en la lavadora con la nuestra???!! Porque vale, compro lo de que su piel es delicada y los suavizantes son malos, bla, bla, bla... ¡Pero si se pasa el día encima mío babeandome mi jersei!

En fin, que en esta etapa nos gastamos el dinero encantadas de la vida porque todo es poco para nuestro hijo. Y se juega con ese sentimiento de protección, adoración o digámosle cómo queramos. El caso es que ser el primer hijo es un chollo porque cuando llega el segundo estamos escarmentados y gritamos ¡Viva el reciclaje! ¿O no?

Hasta la semana que viene mamis!! ;-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario